domingo, 28 de septiembre de 2014

Vandalismo - Capitulo 3 "Franco"

Franco es un hombre de treinta y un años de edad.  Trabaja de lunes a viernes ocho horas en una matricería. Su sueño siempre había sido jugar en el equipo de Newells pero por un problema en la rodilla no pudo completarlo. Franco está casado con una docente y tiene tres hijas. Suele preocuparse mucho por su hija mayor ya que está en una etapa en que las hormonas florecen. Su hija tiene solo once años, pero  ya se empieza a fijar en chicos más mayores que ella, aunque aún no se atreve a pasar de juego. Si Franco supiera con la cantidad de chicos con los que su hija coquetea, le agarraría un infarto.
Los fines de semanas se le pasan volando, trata de encontrarse con amigos para jugar a alguna canchita que esté disponible para alquilar en los clubes o suele llevar a sus hijas a comprar un helado o a jugar en la plaza.
Aunque todo parezca normal en la vida de ese señor, cada cuatro años invierte todo su tiempo disponible en alterar las votaciones de las elecciones. Además de divertirse, Franco es un anarquista. No está a favor del gobierno y por esa razón cambia todos los votos a en blanco, para que no exista un liderazgo. Si bien, el pueblo en el que vive es chico, esto genera una gran repercusión.
Hoy están a un mes de las elecciones, Franco comienza sus preparaciones. Empieza pidiendo vacaciones en la matricería, luego se instala en su garaje por todo el mes.
De los doce candidatos a presidente que se habían postulado en Agosto, cinco pasaron a Octubre. La esposa de Franco es designada como presidente de mesas en la escuela que trabaja.
La alarma suena a las 5:00 am. Franco prende la lámpara que esta sobre su mesa de luz, se pone los anteojos y se sienta en la cama.
-¿Franco? –Exclama su esposa. Levanta un poco el torso y se apoya en sus antebrazos.-¿Qué haces tan temprano despierto?
-Tengo trabajo que hacer, amor.
-Estas de vacaciones, ¿Qué trabajo?
-Después te explico, dormí. Voy a estar en el garaje. –Franco se inclina y besa a su querida esposa.
Luego, Franco se calza las pantuflas y se va caminando hacia el garaje. Una vez allí, comienza sus preparativos. En una mesa larga apoya bastantes carpetas con información dentro. Franco camina hacia la cocina, y sale por la puerta que da al patio. Apoya una escalera en el mural que divide su propiedad con la del vecino. Como está oscuro utiliza una linterna para observar. Su vecino suele olvidar cerrar la puerta que da al patio asique Franco aprovecha y entra por ahí. Despacio, camina lentamente hacia la sala de estar, buscando algún modem. Se tarda un rato hasta que logra encontrarlo.
-¿Quién anda ahí? –Grita su vecino con una lámpara en su mano derecha.
Franco se pone muy nervioso. Sus ojos se abren como huevo frito. Desconecta un cable del modem y al instante coloca uno que el traía. Después se va corriendo por donde vino. Para no hacer ruido, no cierra la puerta. Trata de saltar para agarrarse del mural pero no puede. Franco se esconde detrás de una hilera de palos de bambú. Su vecino sale al patio, esta vez con un cuchillo en su mano derecha. Observa de izquierda a derecha, de arriba abajo el jardín, pero al estar oscuro no ve a nadie. Por lo tanto, entra a su casa y cierra la puerta con llave.
-Maldito viento. –Rezonga el viejo.
Franco suspira y seca el sudor de su frente con la palma de su mano. Ahora, sin apuro trata de saltar al mural. Lo logra y entra a su hogar.
La computadora ya está conectada a la red de internet ajena, ahora Franco puede trabajar en ella sin preocuparse de que detecten la red. A su costado hay cajas con miles de panfletos que se utilizan para votar, hay uno por cada ciudadano que vota en la escuela en la que el va a interferir. En su computadora se asegura de cambiar la ip cada dos horas. Con un programa muy complejo y utilizado por expertos, hackea una web que utiliza el gobierno para comunicarse. Le resulta muy difícil ya que la página lo echa cada 5 minutos. Franco se está arriesgando muchísimo, ya que, el gobierno puede ser capaz de contactarlo.
Luego de dos semanas, ya tiene la información necesaria, desconecta todo. Rompe la computadora y luego la quema en su patio mientras su esposa trabaja. Sus hijas asisten al colegio y/o al jardín.
Dos semanas más tarde, es el día de las elecciones. Los candidatos están eufóricos. Franco se pone la remera de newell’s y arriba una camisa azul con un traje. Por lo único que Franco tiene miedo si llegan a descubrirlo, es por su familia.
Su esposa ya está en la escuela, ya que tuvo que ir más temprano. Pero, ahora Franco se dirige hacia allá. Sus niñas se quedan solas por un tiempo.
En su camioneta carga todas las cajas y una vez allí, estaciona cerca de donde deben estar esperando las camionetas que transportan los votos clasificados. Franco observa disimuladamente. Está lleno de militares, más que el año pasado. Franco empieza a notar los nervios.
Como una persona normal, saluda a los militares que escoltan la entrada al colegio y accede. Se acomoda la corbata que se puso anteriormente y se dirige a la mesa en la que tiene que votar. Casualmente es la misma en la que su esposa es jefa a preceptoras. Después de esperar en una larga fila, Franco inserta su voto en blanco en la casilla y se va.
En su camioneta también tiene guardadas cajas con petardos. Sigilosamente, maneja hacia una calle vacía para hacer explotar algunos petardos, está cerca de donde están los militares escoltando las camionetas pero no se alcanza a ver quien hace explotar los fuegos artificiales. Franco pone una gran cantidad y prende fuego. Rápidamente sube a su camioneta y se fuga. La mayoría de los militares se acercan para ver que pasa pero algunos se quedan vigilando, asique recurre al plan B. Detrás de la escuela, donde está el patio, hay una escalera muy vieja. En una mochila, Franco guarda muchos petardos y va corriendo por una parte no vistosa hacia un mural que tapa el patio escolar. Franco escala por algunos huecos que tiene la pared y se tira al cemento del patio. Como lo planeó, cae a pocos metros de donde está la escalera. Afortunadamente, no hay soldados vigilando esa zona. Mientras sube, la escalera oxidada chilla. Franco trata de subir lo más rápido que puede para acabar con ese sonido. Una vez en la terraza, se acuesta y se arrastra hasta poder ver las camionetas. Agarra un petardo, lo enciende y lo tira al lado de un militar. Luego, hace lo mismo con otros dos hasta que los militares lo ven. El corazón de franco se acelera. Corre hasta la escalera y baja hasta llegar a una distancia adecuada para poder saltar. Lo que no pensó fue como subir el mural. Como no ve otra alternativa, corre hacia el otro extremo del patio donde hay una puerta que da al colegio y entra por ahí, todas las personas presentes voltean a verlo. Franco con toda velocidad sale por la puerta escoltada de militares, antes de que estos logren reaccionar, él escapa. Los militares comienzan a disparar sobre sus pies pero Franco sube a la camioneta y sale de ahí.  No puede creer en el quilombo que se metió. Y encima no pudo completar su plan. Por la velocidad, las cajas se abren y se esparcen todos los panfletos.
Su rostro aparece en todos los noticieros. Se humilló de por vida.
Por otra parte, Leonardo junto a Elizabeth y Soledad, ven la noticia por televisión. Los tres se observan y piensan lo mismo: encontrarlo y unirlo. Hay algo que tienen muy claro y es que deben hacerlo rápido.
Lo primero que hacen es viajar hacia ese pueblo. Allí se encargan de encontrar información sobre él. Hacen todo lo necesario para poder dar con el lugar donde se esconde. Pasan las veinticuatro horas del día buscándolo.

Luego de dos días, lo logran. Logran hacerlo antes que la policía. Cuando ellos van a buscarlo, el grupo ya se lo llevó.

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